Después de haber tenido tanto desarreglo alimentario con todos los días de celebración, uno de los síntomas que más deben presentar es Reflujo gastroesofágico por lo que mi blog hoy estará dirigido a este tema.

El reflujo gastroesofágico, se produce cuando el ácido o el contenido gástrico se devuelve con frecuencia hacia el esófago, lo que puede irritar la superficie de este pudiendo causar complicaciones en casos severos.

Existen factores de riesgo que pueden aumentar el riesgo a padecer reflujo como lo son la obesidad, hernia de hiato, embarazo, vaciamiento gástrico retardado. Además de eso, fumar, comer comidas abundantes o muy tarde en la noche, alimentos grasos o frituras, bebidas como gaseosas, alcohol o café.

Los síntomas varían entre cada uno de los pacientes, pueden experimentar sensación de ardor en el pecho (acidez) que generalmente se manifiesta después de comer y empeorar en la noche o al estar acostado; sensación de regurgitación de alimentos o líquidos agrios; dolor en el pecho o en la parte alta del abdomen, dificultad para tragar o sensación de nudo en la garganta. También puede presentarse otro tipo de síntomas a predominio nocturno como tos continua, laringitis o inflamación de las cuerdas vocales e incluso problemas de broncoespasmo.

Si la enfermedad de reflujo gastroesofágico se mantiene en el tiempo, la inflamación crónica del esófago puede provocar esofagitis, estenosis o estrechamiento esofágico incluso cambios precancerosos en la parte inferior del esófago como esófago de Barrett.

La mayoría de las veces, el malestar producido por la enfermedad de reflujo gastroesofágico se puede controlar con cambios en el estilo de vida y medicamentos, sin embargo, cuando los pacientes no mejoran con esto, podrían necesitar otro tipo de intervenciones, sea el TIF que lo realizamos en nuestra unidad, procedimiento endoscópico, ambulatorio donde se refuerza el esfínter esofágico inferior o si no cumple los parámetros, amerita una cirugía para aliviar los síntomas.  

¿Sabes cuándo debes consultarnos?

En caso de que tengas dolor en el pecho y se haya descartado alguna enfermedad cardiaca, si tienes síntomas graves o frecuentes de enfermedad por reflujo gastroesofágico o si tomas medicamentos como antiácidos para la acidez por más de dos veces por semana.